Resumen:
Es difícil establecer la fecha exacta de la transición de la edad de bronce a la de edad de hierro. Ya en la antigüedad remota se sabía obtener el hierro y fabricar de él diversos útiles. Los resultados de las excavaciones de las obras construidas en la época de los faraones testimonian que los egipcios conocían el hierro, por lo menos 4200 años a.n.e.
El perfeccionamiento continuo de los métodos y la tecnología de la fabricación del acero se puede resumir de la siguiente forma:
En la antigüedad el hierro se obtenía por medio de su reducción directa a partir del mineral en los hornos primitivos. Puesto que en este proceso se empleaba el soplado crudo (el viento frío), este proceso fue denominado “soplado frío”.
Este método consiste en lo siguiente: al horno se carga el carbón de leña y la mena de hierro, se incendia el carbón y se inicia el soplado; a medida que se quema y se sedimenta el carbón, el mineral de hierro baja al estar en contacto continuo con los gases reductores y el carbón incandescente, y debido a ello se reduce gradualmente. Como resultado del proceso se obtiene una bola caliente (la lupia) de hierro reducido (con vetillas de escoria) la cual se sacaba del horno y se trataba con martillo que comprimían la lupia y extrusionaban, de ella la escoria.
Por este método se lograron obtener hasta 200 kg de hierro en un tiempo de 6 a 7 horas. Su ventaja es que el hierro se obtenía directamente del mineral, y se evitaba la operación intermedia: la obtención de arrabio.