Resumen:
El manejo de cuencas hidrográficas proviene del término Watershed
Management, y empieza a ser tratado por los Estados Unidos en los ríos
Mississippi (1870), Missouri (1884) y Tennessee Valley Authority (1933), con fines
de navegación, control de inundaciones y realización de obras hidráulicas.
América Latina y El Caribe en los años 60 acogen dicho término, dándole un
enfoque geográficamente integrado para la gestión de recursos naturales,
centrándose en usos específicos como: hidroelectricidad, riego, abastecimiento de
agua potable y saneamiento (Fernández,1999).
En la actualidad está siendo tratado con mayor intensidad a nivel mundial, ya
que involucra el análisis de factores sociales, económicos y ambientales que
interactúan y se relacionan entre sí. Mediante el seguimiento y mejoramiento de
los mismos se pretende alcanzar soluciones que lleven a un desarrollo
sustentable (Francke, 2002).
Los grandes desastres naturales como inundaciones, deslizamientos,
desbordamientos de los ríos, sequías, entre otros, han ocasionado un impacto
negativo, sobre todo en la parte socioeconómica y ambiental de nuestra
población, provocando así pérdidas de cultivos, bienes y la muerte de muchas
especies de flora y fauna.