Abstract:
La autoestima puede definirse como el concepto que alguien tiene de sí mismo, el cual determina la valoración propia. Una autoestima equilibrada permite desarrollar relaciones interpersonales sanas, así como procesar aciertos y errores. En contraste, quien tiene baja autoestima no es capaz de aprender de sus errores, no persevera en tareas difíciles y busca permanentemente la aceptación de otros. Estos comportamientos redundan en perjuicios para la propia persona, por tanto, es importante corregirlos.
El trabajo con personas con discapacidad intelectual reveló que varias de ellas presentan baja autoestima. Considerando que las actividades recreativas constituyen un medio para crear hábitos, desarrollar disciplina y aprender a interrelacionarse, se buscó evaluar su incidencia sobre la autoestima. Con tal objetivo, se propuso aplicar una serie de actividades recreativas a los 40 atletas y nadadores miembros de la Federación Ecuatoriana de Deportes para personas con Discapacidad Intelectual (FEDEDI) que entrenan en la ciudad de Quito. Esta organización trabaja a nivel nacional con 250 deportistas en varias disciplinas, pero el estudio se centró en la indicada ciudad debido a que la cercanía geográfica facilitó la interacción con los participantes.
Mediante el Test de Rosenberg se determinó que 11 de estos deportistas tenían baja autoestima, 18 autoestima normal y 11 una autoestima elevada. Después de aplicarse el conjunto de actividades recreativas propuesto, 5 personas pasaron de autoestima baja a normal, 5 de baja a elevada y una permaneció en nivel bajo. Este último es el caso de una persona que requiere vigilancia constante por parte de un cuidador, pero también mostró mejoría al pasar de 11 a 24 puntos. Por consiguiente, al finalizar la investigación, 39 de los 40 deportistas participantes alcanzaron una autoestima normal o elevada.
