Abstract:
La mastitis es la enfermedad más común en los bovinos en todo el mundo y la más costosa
para el productor por las pérdidas de leche, vacas afectadas y el dinero invertido en
Médicos Veterinarios y medicamentos (Cano 2006). Además, los cambios en la
composición de la leche (reducción de calcio, fósforo, proteína y grasa, e incrementos de
cloro y sodio) reducen su calidad (Agrobit Gestión Agropecuaria 2004).
La mastitis es un síndrome ya que es multifactorial, es solamente un signo de más de 100
enfermedades y clínicamente significa inflamación de la glándula mamaria; ésta
inflamación debido a la presencia de patógenos se convierte en una infección provocando
daños al epitelio mamario (Cano 2006). La mastitis también puede ser provocada por:
lesiones físicas, mala desinfección de las ubres en el ordeño, máquinas de ordeño mal
utilizadas, deficiente sellado post-ordeño, mal estado de las camas, entre otros factores que
permiten el ingreso de microorganismos patógenos a las glándulas mamarias o causan daño
físico del tejido, provocando así su inflamación.
Las pérdidas económicas por mastitis en el ganado bovino son para el productor, por las
pérdidas directas, entre las que se pueden mencionar: la eliminación de leche con mastitis,
el tratamiento de la enfermedad, la eliminación de leche con antibiótico, tiempo con baja
producción hasta que el animal se recupere totalmente, entre otras. Y para la industria
debido a la disminución en el suministro de materia prima para su procesamiento y la baja
calidad de la misma (Pedraza 1991). Si se habla de que las pérdidas para los países desarrollados son representativas a su
producción; las cifras alcanzadas en los países en desarrollo, como Ecuador, no podrían
dejar de ser significativas, aunque existen pocos o ningún dato que exprese dicha pérdida.
Por ello la necesidad de llevar un control específico de la mastitis en el país, lo que se
puede lograr mediante análisis bacteriológicos y pruebas de sensibilidad/resistencia para
tener una idea real del estado de la enfermedad y así disminuir los gastos ocasionados en
los hatos ganaderos.
Como menciona Martin et al. (2002), en un estudio realizado en la Universidad de Chile,
Universidad Austral de Chile y Cooprinsem; donde determinó la sensibilidad de bacterias
patógenas aisladas de mastitis en vacas lecheras de la V Región, Región Metropolitana y Xª
Región, frente a los antimicrobianos utilizados con mayor frecuencia en lecherías de Chile.
Se utilizó para ello el Método de Dilución en Placa para determinar la Concentración
Mínima Inhibitoria (MIC) de cada cepa bacteriana. Se tomaron 963 muestras
correspondientes a las dos primeras regiones, de las cuales se aislaron 449 cepas bacterianas y se encontró un fuerte predominio de Escherichia coli (40,76%). En la Xª
Región, de 2000 muestras se aislaron 1012 cepas, y se encontró un predominio de
Staphylococcus aureus (55,53%). Para las bacterias Gram positivas (Staphylococcus
aureus, Streptococcus spp. y Staphylococcus coagulasa negativo) presentaron altos
porcentajes de resistencia (>25%), frente a amoxicilina, ampicilina, penicilina,
estreptomicina y lincomicina. Para las cepas de E. coli no se presentó resistencia superior
al 25%.