Resumen:
Desde la antigüedad, el hombre aprovecha el agua superficial como primera fuente de abastecimiento, consumo e incluso vía de transporte, estableciéndose en los valles de los ríos las primeras civilizaciones.
Sin embargo, el establecimiento en zonas áridas o semiáridas del planeta obligo al desarrollo de formas de captación de agua de lluvia, como alternativa para el riego de cultivos, consumo domestico y posteriormente como una fuente generadora de energía.
Actualmente las obras de captación tipo COANDA nos permite la filtración de las aguas superficiales a través del empleo de rejas autolimpiantes, las mismas que están destinadas para la exclusión de cualquier materia solida y garantiza la vida de las especies acuáticas.
En el Ecuador este tipo de captaciones aplicando el efecto Coanda y las rejas autolimpiantes no se encuentran investigadas debido al costo y uso tecnológico que esta representa.
La optimización de los recursos del mercado ecuatoriano ha hecho posible la construcción y eficacia de esta obra de captación, materializada inicialmente como un prototipo de uso educativo.